El Campeonato Mundial de Futbol es:
• Competencia hipnotizante,
• Feria de colores, himnos, banderas,
• Un remanso, un oasis, una droga,
• Encuentro de los mejores,
• Un mes en que lo menos relevante se coloca en el centro de la agenda,
• Excusa para reuniones de amigos,
• Coartada para convertir en cantina cualquier lugar,
• Carnaval de apuestas,
• Guillotina de jugadores y técnicos,
• Combustible para la invencible esperanza,
• Mar de llantos, corajes, muinas,
• Desagüe de la desilusión, el desencanto, la tristeza,
• Catapulta al éxito, el reconocimiento, el dinero, la fama pues,
• Explotación del nacionalismo epidérmico,
• Disparador del patrioterismo agresivo, también,
• Momento para la resurrección del Panini y sus coloridas estampas,
• Copa que sólo han ganado ocho países,
• Patineta hacia la felicidad infantil,
• Maraca para el jolgorio,
• Negociazo de la FIFA,
• Inversión digna de mejores causas, dirían los que prefieren velorios,
• Juguete cuatrienal,
• Espacio para la remembranza (que si Garrincha en 1966…),
• Fanáticos en acción… ¡Cuidado!,
• Tetera ardiente,
• Pasión inflamada por el balón,
• Maquinación enajenante, dirá el sociólogo,
• Estafa mundial, dictamina el analista crítico,
• Laboratorio para estudiar el comportamiento de las hordas,
• Circo para las multitudes,
• La épica del presente,
• Franela para borrar el aburrimiento,
• Combinado con cómicos y canciones, una calamidad,
• Locutores al borde de un ataque de nervios,
• Religión secular,
• Nobles combates, chapuceras formaciones, teatro del absurdo,
• Pesar para los derrotados,
• Gloria para uno, o quizá dos,
• Oportunidad inmejorable para las protestas sociales,
• Materia incandescente para las redes sociales y su güiri güiri eterno, incansable, voraz,
• Vacaciones forzadas,
• Laberinto para la vagancia,
• Para escuchar el zumbido de los humores públicos oscilantes,
• Ruina de más de uno,
• Pastoral universal,
• Agua para el sediento, comida para el hambriento,
• Noticias hegemónicas,
• Fracasos anunciados, triunfos inciertos,
• Mucha televisión, poco estadio,
• Carburante para el cotorreo,
• Embargo del razonamiento, privilegio de la exaltación,
• Lo único entre el 12 de junio y el 13 de julio. Disculpen ustedes.
José Woldenberg
Escritor y ensayista. Es autor de Nobleza obliga, Política y delito y delirio. La historia de tres secuestros y El desencanto, entre otros libros.