I. ESPERANDO A LOS CULTOS
¿Qué ocurre en la pantalla receptora?
¿Cuántas cosas tan serias y profundas.
¿Qué técnicos están los locutores.
Y cuántas niñas cueros que pronuncian la v labiodental.
¿Por qué dicen León Tolstoi en vez de León Michel?
¿Qué muebles venden en las tiendas de los Hermanos Karamazov? ¿Por qué tantos anuncios del Tamayo, y no de detergentes?
¿De bibliotecas, y no pasteles Pronto?
¿De Sinfónicas, y no Cablevisión?
– Es que los cultos han llegado a Televisa.
Desde hace tiempo el canal 2 lo preparaba;
Ahora el Teleguía y las carteleras nos lo informan:
El canal 8 es la alegría de la cultura en televisión.
¿Y cuál cultura si no estamos preparados?
¿Cómo entender lo que dice este señor?
– No se preocupen que todo estará claro:
Los jóvenes lo harán todo sencillo,
Y no nos llevará más que un minuto
Saber que el Dr. Atlas (sic) fue un gran pintor,
Y que el Monstruo de Guanajuato no es enemigo de Ultramán Sino una gloria nacional: Diego Rivera.
¿Pero y si todo se vuelve complicado?
¿Cómo saber qué orquesta, qué libro es el mejor?
– Ahora que están los cultos, ellos darán el raiting.
En sus manos pertinentes quedará el warm up del público.
¿Y qué haremos ahora con los cultos?
O peor aún: ¿qué haremos ahora que no hay cultos:
Que Televisa los recluta ya, incesante,
Y que uno a uno comparecen ante el 8?
– No desesperemos por los cultos.
Cuando venga Televisa, ella dirá qué leer.
Aún nos queda el culto a Raúl Velasco.
Después de todo, Raúl Velasco es como una solución.
II. LOS MOTIVOS DEL CULTO
Dijiste: “Yo voy a ir a Televisa, aceptaré la invitación Porque mi vanidad no está saciada, y es mi orgullo
Pasto del ultraje; porque en este país
nadie me reconoce por lo que hago, y estoy harto
Del mismo cogollito de lectores. Quiero público fresco
-Que sean miles si no han de ser millones-,
Y no el que da la difusión tan primitiva
De periódicos, revistas, tristes libros,
Y sepultado en el papel de las imprentas
Está mi descontento corazón”.
O bien, dijiste: “Aceptaré la invitación
Porque es un reto, una salida, un modo de hablar claro
Y de no hacerle el juego a ese canal
Participando en su programación.
Es muy sencillo: les voy a demostrar
Que a mí no me la pegan. Iré a decir verdad y Televisa Entenderá que con los cultos no se juega: a jugar
Con las vedettes y con Menudo. De Niños Héroes a San Angel Temblarán sus babelitas transmisoras, de temor o admiración; Y la gente abnegada que ha sufrido
Viendo nada más telenovelas
Tendrá al fin un respiro intelectual”.
También has dicho: “¿Por qué tenerle miedo a la idiot box?
Es más fácil criticar que entrarle al toro.
Estar fuera de los medios es estar en el error.
Si puede hacerse algo bueno por la gente,
Difundir la cultura a gran escala,
Salirse de la torre de marfil
Para treparse a la torre electrónica,
No veo un motivo real para negarse;
Aunque no esté de acuerdo, claro, con todo lo que hace Televisa
– Hay muchas cosas que se pueden mejorar
En el programa Videocosmos, por ejemplo
(Si no me encuentran en mi casa, es que estoy en mi
oficina)-;
Y digan lo que digan, ahí me dejan hablar con libertad:
Sin ese requisito no habría optado
Por llevar la cultura a los hogares”.
Pero qué duro cuando ves el videotape
Y lo que ves, no es lo que tú esperabas;
Y entre otras cosas ya eres el autor
-Porque el presentador se equivocó-
De ese tu magno libro: Los renglones torcidos de Joyce.
En este videotape perdurarás,
Lo verás todas las veces, cuantas quieras,
Y no hallarás alivio en Televisa.
En Televisa a Televisa no encontraste.
Qué más quieres hacer, ya no le busques.
Hiciste el papelazo, tú lo viste;
Pero buscando cómo reponerte
Aceptarás la siguiente invitación.
III. TELEVISA: IDA Y VUELTA
Cuando emprendas el viaje a Televisa
Procura que tu estancia en el programa
Sea pródiga en close-ups. Dáte el gustazo
De pensar que eres único, que miles te están viendo,
Que la televisión es una magia y retribuye rápido,
Que no es como parir pinches cuartillas
Que no van a llegar a ningún lado.
(¿Tienes COCHE o Volkswagen? ¿Tienes PUBLICO
O tres o cuatro amigos?) Sobre todo:
No temas nunca al hecho de que pueda
Robarte cámara el trigésimo invitado
Que en el programa comparte créditos contigo.
Procura que tu instante se haga eterno.
Has de creer tú mismo que “hacer televisión”
Es un asunto difícil, complicado,
Que no cualquiera puede. Y atesora
Los tres halagos del comentarista.
Siente el orgullo de haber sido invitado.
Televisa te ha dado el super chance.
Has de volver a ella, no te apures:
Hoy goza únicamente de tu instante
Ya establecido el lazo, el resto es fácil:
Tal vez algún día de estos te toque presentar algún programa
Sobre Stravinsky, o Picasso, o Frank Lloyd Wright
O ese desconocido: Juan Gabriel.
Y si entre tu cabeza y Televisa
Se mete el pensamiento ponzoñoso
De que ofreces clichés en vez de Chryslers,
Títulos de libros en vez de Prestobarbas,
Catedrales que resisten a la prueba de lo Añejo,
Aparta el pensamiento de inmediato:
Goza el instante eterno, ve el lado positivo:
Tal vez aquí cumpliste el gran destino
Que estaba para ti: éste es tu Encuentro, tu Ritmo Vital,
Tu Increíble revelación, tu Videocosmos grandioso.
Cuánta aventura y qué conocimiento
Adquiriste en apenas media hora.
Experto como nadie en estas cosas,
Gracias al momento inmenso que te dieron,
Lleno de ti, sabrás en carne propia
Lo que ir a Televisa significa.
IV. LOS DIOSES ABANDONAN A ARREOLA
Cuando de pronto, en la pantalla, veas
Pasar un jovencísimo cortejo
De muy hermosos efebos y doncellas
-Angeles nuevos de la comunicación
Traídos directamente de las canteras de la Ibero,
O de las aulas asépticas y cozy
De la Anáhuac- disfruta para siempre
Al canal 8: son la cultura, la alegría juvenil,
Los nuevos escogidos por los dioses.
Saluda de una vez al canal 8.
Y no te engañes pensando que pudiste
Haber estado aquí, o que tenías
Algo que hacer aquí. Como hombre,
Como decidido desde hoy, como valiente
Como lector de Schwob y Pierre Ronsard
Como el gran autor que eres de Confabulario,
No lo atribuyas a un revés de la Fortuna Transmisora,
O mejor dicho: no culpes a los cantantes de Siempre en
domingo
Ni a la telenovela La Chispita
Ni al último gol de cabeza de Norberto El Beto Outes
De que tengan preferencia, contra ti, en este lugar
Al que tan amablemente cediste tu tiempo y tus oros verbales
Entre mensajes de los patrocinadores,
Dejando inacabados tus proyectos, tus rollos literarios,
Los palíndromas, las varias invenciones,
Los mil y un textos de Confabulario
Que pudiste escribir. Antes de que empieces nuevamente
La aplazada batalla con tus textos
En el campo de la letra que se escribe para no salir al aire, Disfruta a fondo el fúlgido cortejo
De estos jóvenes tan bellos y ocurrentes
Y dile adiós a Televisa, que de este modo te abandona.
V. CHE FECE… IL GRAN RIFIUTO
Hay un momento en la vida de los cultos
En que llega una invitación, generalmente por teléfono.
Y entonces deben decir un gran sí,
O un simple y claro NO
(Incomprensible para la voz al otro lado de la línea.)
Hay unos que no dudan en decir, siempre, que sí.
Incluso buscarían autoinvitarse
Y llevan en la frente, por la vida, su letrero:
“Invítenme, que sí, que sí, que sí,
Que Sí, señor, que Sí, que Sí, que sí”.
Y todavía no acaban de decirlo
Cuando ya tienen un programa para ellos
O al menos diez minutos para hablar de lo que sea
En cualquier “tele-espacio” cultural; o una presentación
O una entrevista, o una lectura sustanciosa
-Tres minutos- de su pulida obra.
Pero otros cultos son más complicados.
Y cuando rechazan la invitación a veces se arrepienten.
O lo piensan dos veces: consultan con amigos,
Se inventan dos coartadas, preparan dos motivos
Con los que transitar entre que no y que sí.
Los vuelven a invitar. Dicen que no.
Los vuelven a invitar. Dicen que sí.
Y este “sí” no es el sí de los primeros
Pero la diferencia acaba en el programa
Y la pantalla se encarga de ir tumbando las reservas
Hasta que el “sí” se vuelve un sí rotundo.
Y entonces es un sí y este sí obvio
Es incomodidad para el que mira
Y cambia de inmediato a otro canal.
VI. LA SENSACIÓN BIENAMADA
Oh ven a mí, regresa y préndeme de nuevo, amada
sensación.
Habrá sido cosa de un minuto, en ese restaurante al
que siempre iba
Sin que nadie de ahí me echara un lazo.
Después de haber salido en un programa cultural
Durante cinco o seis ubérrimos domingos,
Por fin se hizo el milagro. Ese vívido viernes, por la noche, Cuando crucé la puerta del local, en una de las mesas, seis personas
Se voltearon a verme, y cuchichearon, supieron
Que era yo, y todo yo me supe por entero,
Y en mí yo pude ver lo que ellos vieron.
Oh ven aquí, regresa y préndeme de nuevo,
Instante, tú, el mayor, el bienaventurado:
Esa noche tomé el vino de los Chamos,
De Olga Breeskin, Lucía Méndez, José José, Carlos Reinoso; Asumí sin miedo alguno la alegría que así me diera
El trabajar por la alegría de la cultura:
De las cámaras y el set a los laureles.
Y lo afronté con valor, cual debe y cabe:
Pues fuerte cosa es, cosa de bravos
No enloquecer de fama y nombradía,
Hacer como que yo no me sabia
Y resistir miradas como halagos.
VII. LOS TROYANOS CULTURALES
Ya viste, Chinchomón, de qué han servido los esfuerzos
Por aumentar el parco núcleo de lectores
Y defender troyitas culturales:
De pronto Televisa descubre la cultura
Y al descubrir procede a callar bocas
Contra los qué pensaban, Chinchomón,
Que ahí nada más Round Cero y Timbiriche.
Y los aqueos, que se apantallan solos
Ahora quieren venir -literalmente- a apantallarnos.
Y los troyanos, pobres troyanos;
Y los que, interrogados, dirían ser aún de los troyanos,
Los que defendieron la letra impresa contra todo,
Los que lograron ediciones de miles de ejemplares
Y dijeron ser valientes en el sitio
De los Cincuentas, los Sesentas, los Setentas
Ahora en los Ochentas entregan la ciudad
Y colaboran en programas conducidos
Por marisabidillos Ulises de la comunicación,
Y conceden entrevistas vaporosas
A los Aquiles que se sienten muy acá,
Muy monstruones y farmaces y tuyuyes
Por el baño que les dio la Mami Tele.
Y ya la Ilíada se volvió telenovela.
(Todo ante mí se vuelve serie gringa.)
Porque tú y yo sabemos, Chinchomón,
Que si algo muestran los ejemplos de la historia
Recogidos en los anales del Teleguía,
De la revista Activa y de TV y Novelas
Es que el Espíritu se rinde a la Materia
Y no hay troyano que pueda soportar
Un cañonazo de cien mil televidentes:
La resistencia acaba donde comienza el raiting.
VIII. LAS TERMÓPILAS DE PAPEL
Honremos, Chinchomón, en lo que dura el comercial
A quienes toda su improvisada vida
Instalan y defienden unas Termópilas de papel:
La zafia revistita, el vil librito,
Los apuntes en prehistóricos cuadernos,
El bolígrafo Bic y la Olivetti.
Honor, pues no sospechan la amenaza que se cierne
Sobre las magras Termópilas impresas
Que habían logrado al fin -suma que suma-
Los cuatrocientos lectores dizque asiduos.
Y honor a los que siguen con la pinche cuartillita,
Aunque sepan que Televisa abrirá su canal 8
Y avanzará con los programas culturales en el 2;
Que varios Efialtes cultos le darán el espaldarazo,
Que la pantalla acabará por arrasar
Y que los medios se impondrán con todo, y todo.