El 13 de julio de 1991 los estudiantes del internado de San Kizito, en el condado Meru, en Kenia, organizaron una protesta contra las autoridades. Ruidosa, ambigua, volátil. Exigían que se les sirviera leche con el té de la merienda. También pedían que se cerrara el kiosco que se había abierto en la escuela para evitar que saliesen a las tiendas del pueblo. Y se quejaban de que se hubiera levantado una barda alrededor de los edificios.
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