Entre los primeros, encuentro varios. De los segundos, ninguno excepto en la lógica creada por el levantamiento mismo. Una vez que ocurrieron los acontecimientos de enero del 94, fue plausible: a) que las víctimas del conflicto armado fueran relativamente pocas, en comparación con la gran cantidad de muertos y heridos que han traído conflictos similares en otros sitios de América Latina; b) que el diálogo se estableciera muy pronto y continúe; es decir, que la cultura de la negociación se afianzara por encima de la mecánica del enfrentamiento; c) que las fuerzas políticas del país encontraran motivos para una mayor apertura, como se mostró en los compromisos a fines de enero de aquel 94.
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