23 mil 270: total de mexicanos desaparecidos contabilizados. En textos periodísticos, por criterios de estilo, se evita siempre iniciar un párrafo con un número. No vemos aquí otro modo de iniciar. La cifra tiene prioridad. Son mexicanas y mexicanos de cuyo destino nada sabemos, un espantoso limbo legal y emocional. ¿Cómo ponderar un número de esa magnitud? ¿Cómo presentarlo de modo que el dato informe inequívocamente?
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